Así puedes construir el aparato que corta la música reggaeton de los vecinos
Así puedes construir el aparato que corta la música reggaeton de los vecinos
El invento argentino que silencia el reggaetón de los vecinos
Una respuesta tecnológica a un problema cotidiano
En medio de los edificios y barrios donde la música fuerte suele ser protagonista de conflictos vecinales, un programador argentino decidió transformar la incomodidad en creatividad. Cansado de despertarse con el reggaetón a todo volumen proveniente del departamento de al lado, ideó un aparato capaz de detectar este género musical y “apagar” los parlantes desde el exterior.
Cómo funciona el dispositivo
El mecanismo es ingenioso y combina hardware accesible con algoritmos de inteligencia artificial. El aparato escucha el ambiente, analiza las señales y reconoce si lo que suena es reggaetón. Una vez confirmado, busca los parlantes Bluetooth cercanos y lanza una serie de interferencias que interrumpen la conexión. El resultado: la música se corta o se distorsiona lo suficiente como para que el vecino decida bajar el volumen o cambiar de dispositivo.
Entre la innovación y la polémica
El invento generó fascinación por su originalidad, pero también debate. Para algunos es un acto heroico frente al ruido excesivo; para otros, una intromisión en la privacidad y un método que roza lo ilegal. La idea de crear una máquina que “censure” un género musical específico despierta preguntas sobre la convivencia en tiempos de alta tecnología.
Limitaciones y realidades
Más allá de la repercusión, el dispositivo no es infalible. Su alcance depende de la distancia y de los muros que separan los departamentos. Además, funciona solo con parlantes Bluetooth, lo que lo vuelve ineficaz frente a sistemas más complejos o conexiones por cable. Sin embargo, como prototipo, deja en claro que la creatividad aplicada a problemas domésticos puede sorprender tanto como dividir opiniones.
Una anécdota que se vuelve símbolo
El llamado “arma antireggaetón” no es solo un experimento técnico: es el reflejo de una realidad urbana donde la convivencia se ve atravesada por la música, el ruido y la necesidad de respeto mutuo. Entre la admiración y la polémica, este invento argentino se convirtió en símbolo de ingenio y de las contradicciones que surgen cuando la tecnología intenta resolver problemas sociales.
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