"El terror de la cárcel me hizo hacer clic. Decime villero porque soy de la villa": CÉSAR GONZÁLEZ
"El terror de la cárcel me hizo hacer clic. Decime villero porque soy de la villa": CÉSAR GONZÁLEZ
“El terror de la cárcel me hizo hacer clic. Decime villero porque soy de la villa”: César González
César González, conocido también como Camilo Blajaquis, es mucho más que un poeta o un cineasta: es un sobreviviente. Su vida es el relato vivo de un joven que atravesó la pobreza, la marginalidad, la violencia y el encierro, y que logró transformar ese dolor en arte, palabra y compromiso.
Un clic en medio del encierro
En entrevistas y charlas, González suele recordar la experiencia que lo marcó para siempre: el paso por la cárcel. Aquel espacio de miedo, despojo y oscuridad fue, paradójicamente, el lugar donde encontró la luz. “El terror de la cárcel me hizo hacer clic”, confesó alguna vez. Ese quiebre no lo derrumbó: lo empujó hacia la escritura, el cine y la militancia cultural.
Orgullo de origen
“Decime villero porque soy de la villa”, afirma con firmeza. Su identidad, lejos de ser un estigma, es una bandera. Nacido en la Villa 21-24 de Barracas, nunca renegó de su origen. Al contrario, lo reivindica en cada poema, en cada película, en cada intervención pública. Para González, la villa no es solo un lugar geográfico, sino un territorio simbólico que condensa luchas, injusticias, pero también creatividad y comunidad.
La literatura como arma
Durante su encierro descubrió a Borges, Artaud, Pizarnik, entre tantos otros. Los libros se convirtieron en un refugio y en un arma poderosa contra el olvido y la marginalidad. Esa pasión lo llevó a escribir poesía, a publicar libros y a dirigir películas que muestran la otra cara de las villas y de la juventud que crece entre la precariedad y el estigma social.
Una voz incómoda
César González incomoda. Denuncia el racismo de clase, el uso mediático de la inseguridad y la criminalización de los pobres. Reivindica el derecho a soñar, a crear, a tener futuro, incluso cuando todo el sistema parece negarlo. Su obra es un llamado a ver lo que muchos prefieren ignorar: que detrás de cada “villero” señalado hay una historia, una familia, un talento, una vida que merece dignidad.
De la cárcel a la cámara
Hoy es cineasta, poeta y referente cultural. Su cine, independiente y visceral, no busca complacer sino interpelar. Cada plano, cada palabra, cada silencio tiene la potencia de alguien que vio la muerte de cerca, pero eligió la vida.
👉 César González demuestra que incluso en los contextos más adversos puede nacer un creador capaz de transformar su experiencia en arte y denuncia. El terror de la cárcel lo empujó a escribir. La villa lo marcó para siempre. Y su voz, fuerte y clara, sigue recordándonos que la cultura también puede ser resistencia.
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